jueves, 17 de marzo de 2011

LOS GUARDIANES PEREZOSOS

Hace muchos años hubo un rey que en cierta ocasión se despertó en mitad de la noche. Decidió salir al jardín a tomar el fresco, y cual fue su sorpresa al advertir que los soldados que hacían guardia a la entrada de sus aposentos estaban completamente dormidos.
Al rey se le pusieron todos los pelos de punta. ¡Pensar que cualquier enemigo suyo podía haber entrado tranquilamente en su habitación y haberle matado!.
El rey nombró a otros guardianes. Pero resultó que éstos también se dormían. Todos se dormían un día y otro porque las noches eran muy largas y aquel era un país de dormilones. Pero quien ahora no podía dormir era el rey. No confiaba en sus guardianes y temía que alguien le fuese a hacer daño. Total, que cada vez tenía peor cara y estaba de peor humor.
Hasta que un día la reina que llevaba varios años durmiendo en la otra parte del castillo, dijo que ella tenía la solución. Fue a los aposentos del rey e hizo cambiar de lugar todos los muebles. La gran cama real que estaba al fondo de los aposentos la hizo colocar a la entrada,justo al otro lado de la puerta donde estaba la guardia.
-¡Ya está, esposo mío!- dijo- Ahora puedes estar tranquilo que tus guardias nunca más se dormirán.
Y, efectivamente, así sucedió. Algunas veces que el rey se despertaba a media noche y salía a observar, encontraba a los soldados vigilantes y atentos.
Extrañado del cambio, el monarca preguntó a la reina cual era la razón de que su idea funcionara tan bien.
-Muy sencillo, rey mío -respondió- son tus terribles ronquidos los que no les dejan dormir. ¿por qué te crees que me fui yo al otro lado del castillo?

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